Domingo, 6 de septiembre 2015
Magazine Norteño
El
Perú quiere celebrar la Jornada por la Vida, y hoy de manera especial, en el
marco del VIII Encuentro Mundial de las Familias a celebrarse próximamente en
la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos.
Cada
vida humana es don de Dios-Amor, y es sagrada desde el primer instante de su
existencia ya
que lleva consigo la imagen de su Creador. Sólo Dios es Señor de la vida humana
desde la concepción hasta su fin natural. Ninguna persona, bajo ninguna
circunstancia puede decidir sobre la vida de otro, más aun cuando ese otro es
el ser más indefenso y vulnerable de todos: el Niño por nacer. "La vida
desde su concepción debe ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y
el infanticidio son crímenes abominables".
Lamentablemente
el derecho a la vida es relativizado hoy en día por falsos “derechos”,
impuestos en nombre del progreso y la modernidad. Ante ello el Papa Francisco
nos alerta:«No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una
vida humana»
Estas palabras del Santo Padre nos traspasan el corazón, llamándonos a una
decidida y frontal defensa de la Vida. Es necesario hacer nuestra ésta
interpelación y defender con coraje la vida frente a las falsas ideologías que
disfrazadas de libertad, crean estructuras opresoras y esclavizadoras de las
conciencias y del pensamiento, bajo apariencia de novedad y progreso, buscando
negar la dignidad humana de los Niños por nacer quitándoles la vida y
promoviendo legislaciones de muerte. Como bien afirma el Papa: Resolver los
problemas eliminando una vida humana es la forma de actuar de los mafiosos.
En
nombre de estas falsas libertades, como el pretendido “derecho a decidir”,
algunas organizaciones están presionando en estos días para que se legalice el
aborto en casos de violación. Es bueno señalar que en este doloroso caso a la
que siga una concepción, nos encontramos frente a tres protagonistas: El
delincuente, que es el violador a quien hay que castigar; la mujer que es la
víctima y el Niño por nacer que es víctima inocente. La violación es un acto
execrable y violento que debe ser condenado y castigado, pero el aborto no va
solucionar el problema, no va a sanar a la mujer, sino que le añadirá al dolor
de la violación la herida imborrable del aborto. Por otro lado el Niño por
nacer no puede ser discriminado por las circunstancias en que fue concebido.
Por tanto en una violación a donde siga la concepción hay dos víctimas que
proteger y cuidar: a la madre y a su hijo. Por esto el Santo Padre también nos
recuerda que: ''La vida humana es sagrada e inviolable. Todo derecho civil se
asienta en el reconocimiento del primero y fundamental de los derechos, el
derecho a la vida, que no está subordinado a condición alguna, ni cualitativa,
ni económica, ni tanto menos ideológica”.
Como
sociedad, y especialmente desde la familia, cuya misión es el amor, debemos
crear las condiciones para que las mujeres embarazadas en situación de crisis,
encuentren en nosotros acogida y acompañamiento, para llevar adelante su
embarazo con la alegría de saberse amadas. Tal como nos lo pide el Santo Padre:
“Los animo a hacerlo siempre con la actitud de la cercanía, de la proximidad:
¡Que cada mujer se sienta considerada como persona, escuchada, acogida,
acompañada!”.
Pongamos
la Misión de la Familia, que es el Amor en manos de Santa María, Madre de la
Vida, para que Ella nos enseñe a formar familias plenamente vivas y generosas.
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