ALAN GARCÌA: "LOS POLÌTICOS QUE VALEN SON LOS QUE SABEN DECIR NO"
En vìspera de su llegada a Chile para una visita relàmpago, el ex presidente aborda principales temas de la agenda bilateral, elogia a su sucesor, crtica la expropiaciòn del YPF y analiza los sìntomas de descontento social.
Por Cristián BofillDomingo, 06 de Mayo 2012
Magazine Norteño
Hay pocas figuras en la escena latinoamericana a las cuales el concepto de “animal político” le venga mejor que a Alan García. No sólo llegó dos veces a la Presidencia del Perú (1985-90 y 2006-11). Entre una administración y otra se renovó por completo intelectualmente y cambió su ideario económico y social. Ahora, puesto que todavía no ha abandonado la política, no sería raro verlo luchar por un tercer gobierno. El ex mandatario -de 62 años- gobernó durante gran parte de su mandato con niveles de 30% de aprobación y buenos indicadores de crecimiento económico, empleo, reducción de la pobreza y aumento de la infraestructura social. Su sucesor, el Presidente Humala, ha mantenido los ejes de la misma estrategia de desarrollo que el gobierno de Alan García había seguido.
En la madrugada del martes, García aterrizará en Santiago para una visita que no se prolongará por más de 24 horas. El ex mandatario dará una conferencia en un encuentro de inversionistas, organizado por Celfin Capital y BTG Pactual, sobre las perspectivas económicas en América Latina. Ahí integrará un panel con el ministro de OO.PP., Laurence Golborne. También aprovechará su viaje relámpago para reunirse con el Presidente Sebastián Piñera. Es muy probable que los temas que aborda en esta entrevista -concedida en vísperas de su llegada- integren la agenda de la conversación que sostendrá con el Mandatario chileno.¿Cómo vio la decisión del gobierno argentino de expropiar el 51% de la empresa española Repsol en YPF? ¿Cree que esto puede ser el inicio de una escalada de nacionalizaciones en otros países de la región?
El sistema económico mundial, gracias a la revolución de las comunicaciones, está en expansión, fenómeno que favorece socialmente a las economías más modernas y abiertas. Una nacionalización ahora es pasajeramente popular, pero contraproducente. En el caso argentino, resulta una consecuencia de cerrar la economía con el proteccionismo, y de esa manera cerrar la inversión y la creación de empleo. Como eso conduce a presiones inflacionarias y no se puede compensar creando empleo estatal, se vuelve al estatismo, que siempre termina amenazando las libertades democráticas. Claro que por reacción instintiva, algún otro gobierno, como ha ocurrido en Bolivia, buscará ganar los titulares nacionalizando cualquier cosa para no quedarse atrás. Pero creo que en Chile, Perú, Colombia -y añadiría Brasil-, no se presenta ese peligro, porque son economías estables, con crecimiento y baja inflación.
Cuando asumió la Presidencia de Perú, usted invitó personalmente a empresarios chilenos a invertir en Perú. ¿Qué consecuencias cree puede tener para Sudamérica una decisión como la de Cristina Fernández?
Como he dicho, hay dos caminos, el del chavismo setentista pasado de moda, y el de la democracia abierta que practicamos otros países con mayor éxito. No hay posibilidad de contagio. Claro que en los países democráticos y abiertos hay problemas, pero son problemas sociales creados por el crecimiento y la modernidad, como las demandas educativas o los problemas medioambientales. Pero con empleo, inversión y crecimiento tienen solución. Lo que no tiene solución es que un modelo se muerda la cola.¿Cree que los gobiernos de Chile y Perú, pero en especial la opinión pública de ambos países, están preparados para un fallo adverso en La Haya?
En lo fundamental, sí. Existen condiciones sicológicas y políticas y creo que ir a La Haya fue lo mas sensato para dejar en manos de los jueces el asunto y continuar el trabajo económico y social común.
¿Cree que ambos gobiernos están cumpliendo su labor de preparar a la opinión pública?
Sí. Y creo que ambos países respetaremos la decisión de la corte.
¿Usted está en condiciones de afirmar que con el fallo de La Haya, cualquiera sea el resultado, se cerrarán todos los temas limítrofes entre ambos países?
Sí. No faltarán los que agiten malos y trágicos recuerdos, pero la inmensa mayoría de la población en los dos países sabe que tenemos que mirar al futuro.Hay quienes dicen que fenómenos mundiales como la Primavera Arabe, la crisis en Europa y EE.UU., además de protestas sociales en distintas latitudes, llevarán a demandas por mayor intervención del Estado. ¿Comparte ese pronóstico? ¿Cree que esa es la solución?
Están totalmente equivocados quienes piensan así. Siempre argumentan que vivimos en crisis y en grave peligro. Pero hoy vivimos un sistema económico mundial que recién comienza una nueva revolución tecnológica. Jamás la humanidad tuvo tanta capacidad de invención, porque ahora piensa colectivamente a través del internet. Jamás tuvo un mercado tan activo de siete mil millones. Jamás tuvo tantos medios de pago o tanta velocidad de decisiones. Quien se dio cuenta de esto hace 30 años fue Deng Xiao Ping, lo aprovechó y sacó de la miseria a 600 millones de chinos hasta ahora. Pero al no existir fronteras actualmente, la mayor productividad de China y otros países obliga a producir más y mejor. Quien no lo hace, se endeuda, tiene déficit, paga salarios artificiales y no puede vender ningún producto al mundo, porque es muy caro. Esto ocurrió en algunos países de Europa. Lo del mundo árabe es diferente, porque cientos de millones quieren incorporarse a la tecnología y al consumo mundiales y salir de las sandalias y las túnicas. Además, el volumen de producción del mundo es tan, pero tan grande hoy, que con dos dedos se corrigen los desequilibrios de países como España, Grecia, Irlanda… Para explicarlo bien, bastaría usar dos de cada 60 dólares que se producen en el mundo para corregir esos desequilibrios.Usted estudió en París y conoce bien la política francesa. ¿Cree que el ascenso de Hollande llevará a un cambio en las políticas europeas con incidencia apreciable en América Latina?
Por el momento, y por largo tiempo, Alemania será el país con más producción, más tecnología, menor inflación y más comercio con el mundo. Si los países de menor condición económica toman medidas estatistas o de mayor endeudamiento, su dependencia económica de Alemania aumentará y entonces no habrá Unión Europea, sino unión de los países europeos con Alemania. Por ejemplo, un alemán produce 10 veces más per cápita que un griego, exporta siete veces más por persona y, sin embargo, un empleado público o privado griego puede ganar lo mismo que un alemán. ¿De dónde sale eso? De endeudar al país para que los hijos y los nietos griegos paguen en el futuro lo que sus abuelos consumieron y tengan que pedirle a Alemania de rodillas ayudas y préstamos. ¿No le parece injusto y hasta tonto?
Su sucesor, el Presidente Ollanta Humala, optó por mantener la misma política económica que usted llevó adelante en su gobierno. ¿Hasta qué punto le sorprendió esa decisión? ¿Cree que el Presidente Humala mantendrá esa línea en el tiempo, aun a riesgo de perder popularidad y base de apoyo?
Cada gobierno tiene su propia personalidad y debe mantenerla. Los políticos que valen son los que saben decir no, que es lo mas difícil, porque muchas veces decir sí es lo más irresponsable. Creo que el Presidente Humala está dando muestras de gran valor y calidad política, y no como dicen sus detractores, porque se haya pasado a la derecha, sino porque no quiere llevar al país al caos y a la pobreza. Además, su popularidad es muy aceptable. En política, los aplausos inmediatos terminan pagándolos socialmente los que aplaudieron. Hay que construir el bienestar del pueblo y su justicia sin caer en la demagogia o en la dramatización escénica.
El sistema económico mundial, gracias a la revolución de las comunicaciones, está en expansión, fenómeno que favorece socialmente a las economías más modernas y abiertas. Una nacionalización ahora es pasajeramente popular, pero contraproducente. En el caso argentino, resulta una consecuencia de cerrar la economía con el proteccionismo, y de esa manera cerrar la inversión y la creación de empleo. Como eso conduce a presiones inflacionarias y no se puede compensar creando empleo estatal, se vuelve al estatismo, que siempre termina amenazando las libertades democráticas. Claro que por reacción instintiva, algún otro gobierno, como ha ocurrido en Bolivia, buscará ganar los titulares nacionalizando cualquier cosa para no quedarse atrás. Pero creo que en Chile, Perú, Colombia -y añadiría Brasil-, no se presenta ese peligro, porque son economías estables, con crecimiento y baja inflación.
Cuando asumió la Presidencia de Perú, usted invitó personalmente a empresarios chilenos a invertir en Perú. ¿Qué consecuencias cree puede tener para Sudamérica una decisión como la de Cristina Fernández?
Como he dicho, hay dos caminos, el del chavismo setentista pasado de moda, y el de la democracia abierta que practicamos otros países con mayor éxito. No hay posibilidad de contagio. Claro que en los países democráticos y abiertos hay problemas, pero son problemas sociales creados por el crecimiento y la modernidad, como las demandas educativas o los problemas medioambientales. Pero con empleo, inversión y crecimiento tienen solución. Lo que no tiene solución es que un modelo se muerda la cola.¿Cree que los gobiernos de Chile y Perú, pero en especial la opinión pública de ambos países, están preparados para un fallo adverso en La Haya?
En lo fundamental, sí. Existen condiciones sicológicas y políticas y creo que ir a La Haya fue lo mas sensato para dejar en manos de los jueces el asunto y continuar el trabajo económico y social común.
¿Cree que ambos gobiernos están cumpliendo su labor de preparar a la opinión pública?
Sí. Y creo que ambos países respetaremos la decisión de la corte.
¿Usted está en condiciones de afirmar que con el fallo de La Haya, cualquiera sea el resultado, se cerrarán todos los temas limítrofes entre ambos países?
Sí. No faltarán los que agiten malos y trágicos recuerdos, pero la inmensa mayoría de la población en los dos países sabe que tenemos que mirar al futuro.Hay quienes dicen que fenómenos mundiales como la Primavera Arabe, la crisis en Europa y EE.UU., además de protestas sociales en distintas latitudes, llevarán a demandas por mayor intervención del Estado. ¿Comparte ese pronóstico? ¿Cree que esa es la solución?
Están totalmente equivocados quienes piensan así. Siempre argumentan que vivimos en crisis y en grave peligro. Pero hoy vivimos un sistema económico mundial que recién comienza una nueva revolución tecnológica. Jamás la humanidad tuvo tanta capacidad de invención, porque ahora piensa colectivamente a través del internet. Jamás tuvo un mercado tan activo de siete mil millones. Jamás tuvo tantos medios de pago o tanta velocidad de decisiones. Quien se dio cuenta de esto hace 30 años fue Deng Xiao Ping, lo aprovechó y sacó de la miseria a 600 millones de chinos hasta ahora. Pero al no existir fronteras actualmente, la mayor productividad de China y otros países obliga a producir más y mejor. Quien no lo hace, se endeuda, tiene déficit, paga salarios artificiales y no puede vender ningún producto al mundo, porque es muy caro. Esto ocurrió en algunos países de Europa. Lo del mundo árabe es diferente, porque cientos de millones quieren incorporarse a la tecnología y al consumo mundiales y salir de las sandalias y las túnicas. Además, el volumen de producción del mundo es tan, pero tan grande hoy, que con dos dedos se corrigen los desequilibrios de países como España, Grecia, Irlanda… Para explicarlo bien, bastaría usar dos de cada 60 dólares que se producen en el mundo para corregir esos desequilibrios.Usted estudió en París y conoce bien la política francesa. ¿Cree que el ascenso de Hollande llevará a un cambio en las políticas europeas con incidencia apreciable en América Latina?
Por el momento, y por largo tiempo, Alemania será el país con más producción, más tecnología, menor inflación y más comercio con el mundo. Si los países de menor condición económica toman medidas estatistas o de mayor endeudamiento, su dependencia económica de Alemania aumentará y entonces no habrá Unión Europea, sino unión de los países europeos con Alemania. Por ejemplo, un alemán produce 10 veces más per cápita que un griego, exporta siete veces más por persona y, sin embargo, un empleado público o privado griego puede ganar lo mismo que un alemán. ¿De dónde sale eso? De endeudar al país para que los hijos y los nietos griegos paguen en el futuro lo que sus abuelos consumieron y tengan que pedirle a Alemania de rodillas ayudas y préstamos. ¿No le parece injusto y hasta tonto?
Su sucesor, el Presidente Ollanta Humala, optó por mantener la misma política económica que usted llevó adelante en su gobierno. ¿Hasta qué punto le sorprendió esa decisión? ¿Cree que el Presidente Humala mantendrá esa línea en el tiempo, aun a riesgo de perder popularidad y base de apoyo?
Cada gobierno tiene su propia personalidad y debe mantenerla. Los políticos que valen son los que saben decir no, que es lo mas difícil, porque muchas veces decir sí es lo más irresponsable. Creo que el Presidente Humala está dando muestras de gran valor y calidad política, y no como dicen sus detractores, porque se haya pasado a la derecha, sino porque no quiere llevar al país al caos y a la pobreza. Además, su popularidad es muy aceptable. En política, los aplausos inmediatos terminan pagándolos socialmente los que aplaudieron. Hay que construir el bienestar del pueblo y su justicia sin caer en la demagogia o en la dramatización escénica.
Usted fue un gran promotor del llamado Acuerdo del Pacífico, integrado por Perú, México, Colombia y Chile, que no ha sido muy bien visto por Brasil. Su sucesor no ha demostrado el mismo entusiasmo por esa alianza. ¿Existe algún riesgo de que Perú se margine o se convierta en un miembro meramente formal de esa instancia?
Chile, Perú, Colombia y México hemos coincidido en tener democracias abiertas a la tecnología y a la inversión, a través de tratados de libre comercio, y vamos más adelante que otros en nuestra relación con China o con el Asia, que en 20 años serán el primer bloque productivo, consumidor y poblacional del mundo. La idea es actuar unidos para generar más empleo, mejores salarios y más infraestructura social. Y eso se logrará haciendo inter-inversión, es decir, inversión mutua entre los cuatro países para potenciar nuestra oferta. El Asia necesitará cientos de millones de toneladas anuales en productos del mar, vegetales frescos, partes y piezas metálicas, infraestructura turística, etc. Aisladamente, ninguno de nuestros cuatro países podrá aprovechar eso en gran escala. Podría hacerlo de manera reducida, pero será 10 veces más positivo hacerlo juntos.
¿Está de acuerdo en que, al revés de lo ocurrido con la política económica, existen diferencias importantes en términos de política exterior con su sucesor, ya que usted privilegió los tratados de libre comercio y la apertura al mundo?
Mi gobierno suscribió el mayor número de acuerdos comerciales en cinco años. Pero mi sucesor ha confirmado esos acuerdos y se adelantan los acuerdos con el otro gran gigante, la India. Creo que esa es la mejor prueba de que el camino del Perú continúa.
¿Cuál es su evaluación general hasta ahora del gobierno del Presidente Ollanta Humala?
He sido jefe de Estado en dos ocasiones. Y sé lo difícil que es cumplir esa misión. Mi deber es ayudar a que el actual gobierno tenga éxito. La actitud del que dice que se hunda este para que yo pueda triunfar me parece una crueldad para con el pueblo y una posición idiota desde el punto de vista histórico. Tengo un balance positivo de estos primeros 10 meses del gobierno, y no sé si decirlo aumenta o baja mi popularidad, pero me interesa más el Perú. Hay que poner el hombro.Uno de los objetivos que usted se puso como presidente fue disminuir el desequilibrio entre la inversión chilena en Perú con la peruana en Chile. Los capitales de su país ya han empezado a llegar con más fuerza. ¿Cree que tras el fallo de La Haya el proceso se puede acelerar? ¿Cuánto inquieta el tema al empresariado?
Las tendencias mundiales se expresan a través de nuestros empresarios, y por eso creo que la inversión mutua continuará afirmándose.
Bolivia ha anunciado que también prepara una demanda internacional contra Chile por su aspiración marítima. ¿Cree que ese camino es viable? ¿Cree que Perú debe apoyar esa posición boliviana?
Los problemas bilaterales son problemas bilaterales.
Pese al crecimiento económico chileno de los últimos dos años, el país muestra síntomas de malestar social. Hay diversas teorías para explicar esa paradoja de buenos índices económicos y descontento social. ¿A que los atribuye usted? ¿Cree que eso puede también ocurrir en otros países del continente que han crecido fuertemente disminuyendo los índices de pobreza, como Perú, Brasil y Colombia?En tiempos de Michelle Bachelet, le dije alguna vez que sus problemas sociales parecían ya problemas del primer mundo. Es el caso del tema estudiantil, plano en el cual, estoy seguro, el gobierno del Presidente Piñera terminará favoreciendo la calidad y el costo de la educación chilena. Las clases medias crecientes en los países que más avanzan son las que tienen mayor capacidad de reclamo y mejor llegada a los medios. A veces un reclamo así prueba que el país avanza económicamente. Y con todo derecho, la gente pide algo más.Usted podría batir un récord histórico: ser electo tres veces presidente del Perú. ¿Cuánto lo tienta esa posibilidad? ¿Cuándo será su esperado regreso a la arena política peruana?
Yo no he salido de la escena política, pero eso no significa que esté obligado a ser candidato y presidente. Nada más satisfactorio que ver que el camino escogido no fue equivocado y se continúa. Y mi esperanza es ver nuevas promociones y jóvenes en la política. El filósofo Kant decía: dormí y soñé que la vida era belleza, pero desperté y vi que era deber. La vida de un político de verdad es cumplir su deber y no buscar batir récords.
Usted tiene prevista una reunión con el Presidente Sebastián Piñera. ¿Diría que el actual gobierno es más bien de continuidad en relación a la Concertación, tal como es el de Ollanta Humala respecto del suyo?
Hay grandes orientaciones mundiales y sensatas de las que un gobierno, aquí o allá, no puede salirse. Pero creo que eso deberían responderlo los chilenos. En todo caso, respeto y aprecio mucho a Sebastián Piñera y creo que tiene muy buenos propósitos para Chile y el continente.Si bien en términos de la política peruana usted no tuvo bajos índices de popularidad, sí gobernó la mayor parte de su mandato con un nivel de apoyo cercano al 30%. Salvo situaciones puntuales, no era el caso de los presidentes chilenos hasta ahora. Con su experiencia, ¿qué le diría al Presidente sobre cómo administrar esa situación?
Nosotros invertimos 35 mil millones de dólares en cinco años para electrificar 15 mil pueblos, dar agua a millones de pobladores, construir mas de 10 mil kilómetros de carreteras, y la pobreza bajó de 48% a 30%. Aumentó el ingreso familiar en 60%. Redujimos la mortalidad infantil, la desnutrición y el analfabetismo. Dígame en qué otro país del mundo ocurrió eso. El país creció 7% en promedio en los cinco años. Si yo hubiera tomado todo el dinero y lo hubiera entregado en billetes mensualmente a todas las familias del Perú, hubiera tenido una popularidad del 80%, pero al final -terminada la fiesta del consumo- el Perú sería más pobre que antes. El aplauso inmediato es el peor consejero de un estadistaEl Presidente Hugo Chávez está gravemente enfermo, como él mismo lo ha reconocido. ¿Qué consecuencias podría tener para la región su salida de la escena pública?
Dada su grave situación, preferiría no comentar eso.
¿Usted cree que la decisión de la Presidenta Cristina Fernández de expropiar Repsol estuvo influida por las políticas de Chávez?
No estoy tan cerca de su pensamiento para saberlo.
Chile, Perú, Colombia y México hemos coincidido en tener democracias abiertas a la tecnología y a la inversión, a través de tratados de libre comercio, y vamos más adelante que otros en nuestra relación con China o con el Asia, que en 20 años serán el primer bloque productivo, consumidor y poblacional del mundo. La idea es actuar unidos para generar más empleo, mejores salarios y más infraestructura social. Y eso se logrará haciendo inter-inversión, es decir, inversión mutua entre los cuatro países para potenciar nuestra oferta. El Asia necesitará cientos de millones de toneladas anuales en productos del mar, vegetales frescos, partes y piezas metálicas, infraestructura turística, etc. Aisladamente, ninguno de nuestros cuatro países podrá aprovechar eso en gran escala. Podría hacerlo de manera reducida, pero será 10 veces más positivo hacerlo juntos.
¿Está de acuerdo en que, al revés de lo ocurrido con la política económica, existen diferencias importantes en términos de política exterior con su sucesor, ya que usted privilegió los tratados de libre comercio y la apertura al mundo?
Mi gobierno suscribió el mayor número de acuerdos comerciales en cinco años. Pero mi sucesor ha confirmado esos acuerdos y se adelantan los acuerdos con el otro gran gigante, la India. Creo que esa es la mejor prueba de que el camino del Perú continúa.
¿Cuál es su evaluación general hasta ahora del gobierno del Presidente Ollanta Humala?
He sido jefe de Estado en dos ocasiones. Y sé lo difícil que es cumplir esa misión. Mi deber es ayudar a que el actual gobierno tenga éxito. La actitud del que dice que se hunda este para que yo pueda triunfar me parece una crueldad para con el pueblo y una posición idiota desde el punto de vista histórico. Tengo un balance positivo de estos primeros 10 meses del gobierno, y no sé si decirlo aumenta o baja mi popularidad, pero me interesa más el Perú. Hay que poner el hombro.Uno de los objetivos que usted se puso como presidente fue disminuir el desequilibrio entre la inversión chilena en Perú con la peruana en Chile. Los capitales de su país ya han empezado a llegar con más fuerza. ¿Cree que tras el fallo de La Haya el proceso se puede acelerar? ¿Cuánto inquieta el tema al empresariado?
Las tendencias mundiales se expresan a través de nuestros empresarios, y por eso creo que la inversión mutua continuará afirmándose.
Bolivia ha anunciado que también prepara una demanda internacional contra Chile por su aspiración marítima. ¿Cree que ese camino es viable? ¿Cree que Perú debe apoyar esa posición boliviana?
Los problemas bilaterales son problemas bilaterales.
Pese al crecimiento económico chileno de los últimos dos años, el país muestra síntomas de malestar social. Hay diversas teorías para explicar esa paradoja de buenos índices económicos y descontento social. ¿A que los atribuye usted? ¿Cree que eso puede también ocurrir en otros países del continente que han crecido fuertemente disminuyendo los índices de pobreza, como Perú, Brasil y Colombia?En tiempos de Michelle Bachelet, le dije alguna vez que sus problemas sociales parecían ya problemas del primer mundo. Es el caso del tema estudiantil, plano en el cual, estoy seguro, el gobierno del Presidente Piñera terminará favoreciendo la calidad y el costo de la educación chilena. Las clases medias crecientes en los países que más avanzan son las que tienen mayor capacidad de reclamo y mejor llegada a los medios. A veces un reclamo así prueba que el país avanza económicamente. Y con todo derecho, la gente pide algo más.Usted podría batir un récord histórico: ser electo tres veces presidente del Perú. ¿Cuánto lo tienta esa posibilidad? ¿Cuándo será su esperado regreso a la arena política peruana?
Yo no he salido de la escena política, pero eso no significa que esté obligado a ser candidato y presidente. Nada más satisfactorio que ver que el camino escogido no fue equivocado y se continúa. Y mi esperanza es ver nuevas promociones y jóvenes en la política. El filósofo Kant decía: dormí y soñé que la vida era belleza, pero desperté y vi que era deber. La vida de un político de verdad es cumplir su deber y no buscar batir récords.
Usted tiene prevista una reunión con el Presidente Sebastián Piñera. ¿Diría que el actual gobierno es más bien de continuidad en relación a la Concertación, tal como es el de Ollanta Humala respecto del suyo?
Hay grandes orientaciones mundiales y sensatas de las que un gobierno, aquí o allá, no puede salirse. Pero creo que eso deberían responderlo los chilenos. En todo caso, respeto y aprecio mucho a Sebastián Piñera y creo que tiene muy buenos propósitos para Chile y el continente.Si bien en términos de la política peruana usted no tuvo bajos índices de popularidad, sí gobernó la mayor parte de su mandato con un nivel de apoyo cercano al 30%. Salvo situaciones puntuales, no era el caso de los presidentes chilenos hasta ahora. Con su experiencia, ¿qué le diría al Presidente sobre cómo administrar esa situación?
Nosotros invertimos 35 mil millones de dólares en cinco años para electrificar 15 mil pueblos, dar agua a millones de pobladores, construir mas de 10 mil kilómetros de carreteras, y la pobreza bajó de 48% a 30%. Aumentó el ingreso familiar en 60%. Redujimos la mortalidad infantil, la desnutrición y el analfabetismo. Dígame en qué otro país del mundo ocurrió eso. El país creció 7% en promedio en los cinco años. Si yo hubiera tomado todo el dinero y lo hubiera entregado en billetes mensualmente a todas las familias del Perú, hubiera tenido una popularidad del 80%, pero al final -terminada la fiesta del consumo- el Perú sería más pobre que antes. El aplauso inmediato es el peor consejero de un estadistaEl Presidente Hugo Chávez está gravemente enfermo, como él mismo lo ha reconocido. ¿Qué consecuencias podría tener para la región su salida de la escena pública?
Dada su grave situación, preferiría no comentar eso.
¿Usted cree que la decisión de la Presidenta Cristina Fernández de expropiar Repsol estuvo influida por las políticas de Chávez?
No estoy tan cerca de su pensamiento para saberlo.
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