¿CUESTIÓN DE PICONERÍA?
OPINIÓN
Domingo, 31 de Julio 2011Magazine Norteño
No existe un texto formal o protocolar que el Presidente de la República deba cumplir al prestar juramento, de manera que nada la impide mencionar que honrará el espíritu, los principios y valores de la Constitución de 1979. De no haber sido por el escándalo que armaron los fujimoristas Martha Chávez, Luz Salgado y Aguinaga, esa alusión habría pasado desapercibida. Previamente, Ollanta Humala jura que defenderá la soberanía nacional, el orden constitucional y la integridad física y moral de la República y sus instituciones democráticas, pero tampoco debió provocar. Pero, ¿como se enteraron los fujimoristas que Humala, iba a mencionar la Constitución del 1,979, para que estos lleven el texto de la Constitruición Politica de 1993?. ¿hubieron infiltrados?
Esto es lo que no se dice, pues el juramento presidencial menciona el orden constitucional, no precisamente el de la Carta Política de 1979 que no está vigente, sino de la actual. Esto es lo que se pasa por alto. Sin embargo, los fujimoristas no se dieron por aludidos cuando el Presidente se refirió a la integridad moral de la República y sus instituciones democráticas. El mensaje fue claro respecto a la corrupción que en los años noventa envolvió a los más altos estamentos del Estado, partiendo por la Fuerza Armada, el Poder Judicial, el Jurado Nacional de Elecciones y al propio Congreso que, bajo mayoría fujimorista envileció este mal llamado primer poder del Estado.
Constitucionalistas y juristas han declarado que la mención del Presidente de la República a la Constitución de 1979 es irrelevante y, como queda señalado al principio de esta nota, nada le impide referirse a esa Carta. Es una cuestión de principios que en nada se puede comparar a quienes invocan a personajes sentenciados como dijo Marisol Espinoza cuando mencionó a Martha Chávez citando a Fujimori- y como lo han hecho tantos otros que han dejado para lo negro de la historia política juramentos como aquel que lo hizo por Dios y por la plata.
Por último: ¿Fue casual que los fujimoristas llegaran al Congreso con el texto constitucional del 93? No, hubo una infidencia que debe ser aclarada y sancionada, pues un trabajador del legislativo filtró el texto de la declaración contenida en el pergamino que dejó constancia del juramento. Justo lo que se necesitaba para el escándalo, ganar cámaras y titulares de la prensa, en pocas palabras: ganar notoriedad, ahora que la bancada fujimorista ya no es mayoría como antes, cuando Montesinos compraba congresistas- y su representación ya no podrá mangonear más en el Congreso.
Si esta no es la realidad, ¿qué, pues? Como en los años noventa, les importa un comino el comportamiento que se debe observar en la sede del Congreso ante la presencia de los Jefes de Estado y dignatarios extrajeros que llegaron a la transmisión del mando. El Presidente de la República ni se dio por enterado mientras leía su mensaje a la nacion y Martha Chávez vociferaba
desde su escaño y Luz Salgado llegó a la mesa directiva a discutir con Abugattás. Teatro puro de políticos desubicados y de improvisados que ya nos gobiernan.
Constitucionalistas y juristas han declarado que la mención del Presidente de la República a la Constitución de 1979 es irrelevante y, como queda señalado al principio de esta nota, nada le impide referirse a esa Carta. Es una cuestión de principios que en nada se puede comparar a quienes invocan a personajes sentenciados como dijo Marisol Espinoza cuando mencionó a Martha Chávez citando a Fujimori- y como lo han hecho tantos otros que han dejado para lo negro de la historia política juramentos como aquel que lo hizo por Dios y por la plata.
Por último: ¿Fue casual que los fujimoristas llegaran al Congreso con el texto constitucional del 93? No, hubo una infidencia que debe ser aclarada y sancionada, pues un trabajador del legislativo filtró el texto de la declaración contenida en el pergamino que dejó constancia del juramento. Justo lo que se necesitaba para el escándalo, ganar cámaras y titulares de la prensa, en pocas palabras: ganar notoriedad, ahora que la bancada fujimorista ya no es mayoría como antes, cuando Montesinos compraba congresistas- y su representación ya no podrá mangonear más en el Congreso.
Si esta no es la realidad, ¿qué, pues? Como en los años noventa, les importa un comino el comportamiento que se debe observar en la sede del Congreso ante la presencia de los Jefes de Estado y dignatarios extrajeros que llegaron a la transmisión del mando. El Presidente de la República ni se dio por enterado mientras leía su mensaje a la nacion y Martha Chávez vociferaba
desde su escaño y Luz Salgado llegó a la mesa directiva a discutir con Abugattás. Teatro puro de políticos desubicados y de improvisados que ya nos gobiernan.
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